miércoles, 26 de febrero de 2014

Me han curado la úlcera por presión, pero lo que me hacía falta era una patada en el culo

Como muchos sabréis he estado en el hospital. Tenía una úlcera por presión que no reaccionaba a cuatro meses de tratamiento ambulatorio y me ha tenido en el hospital los últimos tres meses.
Bien, pues tres meses y dos operaciones después parece que voy a estar dando guerra de nuevo la semana que viene. Podría dejarlo aquí y todos me perdonarían por no escribir en el blog o no hacer ningún trabajo relacionado con la cura.
¿Cómo puedes teclear en un ordenador si estás tendido?
A decir verdad es muy sencillo. Pierdes algo de velocidad y precisión, pero no es tan difícil.
Bueno, incluso pudiendo teclear, ¿quién va a trabajar mientras está en la cama de un hospital con un agujero enorme en el trasero?
Pues yo. Aunque no hice trabajo relacionado con la cura ni escribí en mi blog seguí haciendo mi trabajo del sindicato todos los días. Escribí artículos, hice consultas, tuve reuniones estratégicas y llevé a cabo negociaciones. Incluso hice mi trabajo del sindicato en esos días que normalmente habría dedicado al blog o a otras actividades de la cura.
Así que, por mi propia confesión… Me habéis pillado.
Hablando llanamente, me cansé de ser un lisiado y decidí que si me centraba en hacer otras cosas no lo sería. Me quedaría en el hospital hasta que se curase la úlcera por presión y después me saldría de allí victorioso. La úlcera se curó. Fin de la historia.
Decidí que sería como una persona normal que abandona el hospital: ¡curado!
Pues bien. Como la úlcera ya está casi curada el médico ha dejado que me siente en la cama a un ángulo de 90º y la semana que viene podré utilizar la silla de ruedas.
¡UTILIZAR LA SILLA!
Supongo que escuchar la frase me ha empujado de nuevo al “modo de activismo para la cura”.
¿Os parece una locura esto?
A mí me parece una locura ahora, pero no cuando esperaba salir andando de aquí después de que la úlcera por presión curase.
Así que ahora que he vuelto a la realidad podéis esperar mucho más trabajo por mi parte. Y aunque agradezco estos tres meses que me habéis dado para soñar (y no lograr nada), la próxima vez que pase dadme una patada en el culo.
Bueno, en el culo no porque no lo siento y podéis fastidiar la úlcera. Dadme en el brazo y decidme que mueva el culo y trabaje. La cura espera, pero nosotros somos los que tenemos que hacerla realidad.
Iba a hablar de más cosas, pero creo que me aseguraré de que el primer artículo después de mi hibernación no ofenda a nadie. Iba a hablar sobre los que… sedan a las masas y luego… tan tranquilos. Qué más da, lo dejaré para otro día.
Mientras tanto hay muchas cosas que hacer. Echad un vistazo a algunas cosas con las que podéis ayudar y apuntaos.

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Translator: Irene Corchado Resmella

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